Últimamente se está hablando mucho sobre el rol de los antioxidantes en la prevención y el tratamiento del cáncer, y cómo un exceso de estos podría ser perjudicial en pacientes con cáncer. Antes de hablar más profundamente sobre este tema, me gustaría aclarar que son los antioxidantes y cual es su función en el organismo.
Además de las fuentes externas que pueden dañar el ADN celular como el tabaco, las radiaciones UV y los contaminantes del medio ambiente, internamente se producen desechos metabólicos que pueden también causar daños en el material genético y dar lugar a cáncer.
Las Especies Reactivas de Oxígeno (R.O.S.) son conjuntos de moléculas que resultan del metabolismo de las reacciones del cuerpo que requieren oxígeno, las cuales tienen lugar en las mitocondrias. Otro subproducto del metabolismo son las Especias Reactivas de Nitrógeno (R.N.S.), producidas por las células inmunes por ejemplo en respuesta a una infección bacteriana.
Las R.O.S. y R.N.S. o también conocidos como radicales libres, tienen la capacidad de dañar el DNA, sobretodo cuando se producen en exceso como por ejemplo en casos de obesidad, síndrome metabólico o niveles altos de estrés.
Hay genes capaces de detectar el daño celular (Genes supresores del tumor), los cuales activan la muerte celular (apoptosis) de las células anormales y por lo tanto evitan el crecimiento de tumores. Constantes daños en el ADN puede acabar produciendo mutaciones en los genes supresores del tumor y volverlos inactivos, inhibiendo así la vía de protección celular que evitaría el crecimiento de células anormales.
¡Los antioxidantes previenen el daño celular! No obstante varios estudios en ratones y en humanos han demostrado que el consumo de antioxidantes en forma de suplemento puede tener un efecto contrario y ser potencialmente cancerígenos. Esto es debido a que los antioxidantes como la vitamina E previenen la oxidación, el daño del ADN y la activación de los genes supresores del tumor. Esto es muy beneficioso para prevenir el cáncer, pero una vez se ha producido cáncer, si los genes supresores del tumor se desactivan, esto evitará la muerte de la células cancerosas y se acelerará su crecimiento.
Los antioxidantes tienen un importante rol en la prevención y reparación del daño del ADN generado por los radicales libres y otros factores externos, es decir protegen contra el cáncer. Nuestro cuerpo produce naturalmente antioxidantes y enzimas como el antioxidante glutatión y coenzima Q10, que se unen a las R.O.S y R.N.S. y evitan que dañen el ADN. No obstante requerimos antioxidantes de la dieta como la vitamina C, la E y la A, ya que nuestro cuerpo es incapaz de producirlas.
Tomando una gran variedad de frutas y vegetales de distintos colores obtendremos todos los antioxidantes que nuestro cuerpo necesita, es decir no necesitamos tomar suplementos con vitaminas aisladas que pueden interferir negativamente en la producción de antioxidantes endógenos y crear desequilibrios, como por ejemplo al tomar suplementos con altas dosis de vitamina E (alfa-tocoferol) puede disminuir la cantidad de gamma-tocoferol en los tejidos, la cual tiene un gran potencial antiinflamatorio. En este caso por ejemplo, deberíamos tomar un suplemento con ambos tipos de vitamina E (alfa y gamma-tocoferol) para evitar desequilibrios en el organismo.
Los cientos de antioxidantes de los alimentos integrales (Whole Foods), no actúan de forma aislada como lo hacen los de los suplementos, sino que lo hacen de forma sinérgica y nuestro cuerpo sabe qué hacer con cada uno de ellos. Es importante consumir alimentos orgánicos en la medida de la posible, ya que además de no contener productos químicos tóxicos, son mucho más ricos en antioxidantes que los de agricultura convencional, pues los antioxidantes como los beta-carotenos de las zanahorias o los licopenos de los tomates, les aportan color y protección contra determinados factores ambientales. El hecho de estar más expuestos a las plagas de insectos, hongos, etc. fuerza a las plantas a producir más antioxidantes para protegerse de las agresiones externas.
Concluyendo, es importante consumir grandes cantidades de antioxidantes procedentes de los productos de la madre Tierra, no de suplementos, para prevenir el envejecimiento celular y el cáncer.
TARTAR ARCOIRIS CRUDIVEGANO
Ingredientes:
1 taza de mijo
3 tazas de agua
5 hojas de albahaca fresca
1/2 pimiento rojo picado
1/3 pimiento verde picado
1/2 cebolleta picada
1 zanahoria rallada
1/2 mango o 1/2 nectarina cortada en cubos
2-3 arbolitos de brócoli cortados en láminas
1 chorrito de aceite de oliva
5 tomates cherry cortados en cubos
Salsa de naranja:
Piel de 1 naranja
Zumo de 1 naranja
1 puñado de anacardos crudos (remojados en agua 4-6 h)
Zumo de media lima
1 cucharada de aceite de oliva
Elaboración:
1. Tuesta el mijo en una olla a fuego medio durante unos minutos hasta que empiece a oler a tostado. Agrega las 3 tazas de agua y deja que hierva. Cuando hierva baja el fuego y tapa la olla. Deja que se cocine durante unos 20 minutos o hasta que se absorba toda el agua. Retíralo del fuego y deja que se enfríe.
2. Pon los arbolitos de brócoli cortados en láminas en un bol con el aceite y la sal. Mezcla bien y ponlo en una bandeja de horno cubierta con papel de hornear. Hornea durante unos 10 minutos a 180ºC.
3. Retira el brócoli del fuego y deja que se temple.
4. Pica la albahaca y agrégala al mijo.
5. En un plato hondo pon un aro de emplatar en el centro. Rellénalo con el mijo y los vegetales en forma de capas de diferentes colores. Empieza con el mijo y sigue con los vegetales.
6. Para hacer la salsa coloca todos los ingredientes en la batidora y bate hasta que quede fino.
7. Vierte un poco de salsa en el plato y luego retira el aro de emplatar.
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