El cáncer se inicia con el daño del ADN
Antes de explicar porque la alimentación juega un rol tan importante en la prevención del cáncer, quiero que entiendas el mecanismo de aparición del mismo. El cáncer se inicia con un daño en el ADN de una célula. Hay muchos factores que
pueden provocar alteraciones de la estructura física del ADN: los desechos de nuestro propio metabolismo, la radiación UVB, carcinógenos del medio ambiente, el agua y la comida, etc. Si este daño del ADN no se repara puede acabar produciendo una mutación, que es una alteración permanente de la secuencia del genoma, es decir que no puede ser eliminada.
Nuestros tejidos y órganos están formados por células que van replicándose a lo largo de nuestra vida para dar lugar a nuevas células. Cuando una célula con el ADN dañado se divide, debe copiar primero todo su ADN y en este proceso de replicación del ADN se creará una mutación irreversible que con el tiempo puede producir cáncer.
Por eso es súper importante reparar el daño del ADN antes de que se forme una mutación. Nuestro sabio cuerpo sabe como hacerlo, gracias a la intervención de los enzimas reparadores del ADN. Estos enzimas requieren determinadas vitaminas y minerales para funcionar correctamente. Así que en ausencia de estos micronutrientes la actividad de reparación del ADN se verá disminuida. El Magnesio es un mineral fundamental para el buen funcionamiento de casi todos los enzimas reparadores del ADN. El problema es que entre el 54 y el 75% de la población es deficiente en Magnesio. Esto es debido a que este mineral se encuentra principalmente en los vegetales de hoja verde como las espinacas o la kale y algunas semillas y frutos secos. El magnesio es el cuarto mineral más abundante en el cuerpo. Participa en más de 300 reacciones bioquímicas, entre las cuales se encuentra la transmisión nerviosa, la regulación de la presión arterial, la contracción muscular, la formación ósea y el metabolismo de la glucosa. Estudios científicos han asociado una baja ingesta de magnesio con diabetes tipo 2, síndrome metabólico, hipertensión, inflamación, alteraciones óseas y enfermedades cardíacas, además de con una menor actividad de reparación del ADN, que se traduce en una mayor probabilidad de desarrollar cáncer. Es por ello que es tan importante mantener unos niveles adecuados de magnesio en la sangre. La Cantidad Diaria Recomendada (CDR) de Magnesio varia según la edad y el sexo.
Cantidad diaria recomendada de magnesio:
Bebés hasta 6 meses: 30 mg
Bebés de 7 a 12 meses: 75 mg
Niños/as de 1 a 3 años: 80 mg
Niños/as de 4 a 8 años: 30 mg
Niños/as de 9 a 13 años: 240 mg
Chicos adolescentes de 14 a 18 años: 410 mg
Chicas adolescentes de 14 a 18 años: 360 mg
Hombres a partir de los 18 años: 400–420 mg
Mujeres a partir de los 18 años: 310–320 mg
Chicas adolescentes embarazadas: 400 mg
Mujeres embarazadas: 350–360 mg
Chicas adolescentes lactantes: 360 mg
Mujeres lactantes: 310–320 mg
Estos son algunos de los alimentos más ricos en Magnesio, los cuales deberíamos de consumir casi a diario para llegar a la CDR de este mineral.
En el siguiente vídeo elaboro una receta de un batido verde que contiene gran parte de los ingredientes mencionados en la tabla anterior. Puedes beberlo a diario para obtener la mitad de la CDR de Magnesio. Tal y como comento en el vídeo, si estás pasando por un proceso oncológico no te recomiendo que uses frutas tan dulces. Puedes agregar 1 puñado de frutos rojos o 1 manzana verde en lugar del plátano y el dátil.
– ¿Te han diagnosticado un cáncer recientemente y no sabes qué comer?
– ¿Sabes que alimentarte de forma saludable es indispensable para gozar de buena salud y prevenir enfermedades, pero no sabes qué comer ni como organizar tus comidas?
– ¿Conoces a alguien con cáncer y te gustaría poder ayudarle en el camino de sanación?
Si has respondido afirmativamente a alguna de las preguntas anteriores, tal vez te interese adquirir la Guía de Alimentación Anticáncer que contiene un Plan Depurativo de 7 días.